La primera vez que supimos del modelo
flipped fue a través del libro ¡Crearo Morir! de Andrés Oppenheimer. En la parte titulada como enseñanza
personalizada Oppenheimer señala que debido al crecimiento de la educación por
internet “las escuelas del futuro funcionarán exactamente al revés que las
actuales: en lugar de que los niños vayan a la escuela a estudiar y hagan sus
tareas en casa, estudiaran en casa – con vídeos y programas interactivos de
computación – y luego harán sus tareas en la escuela, trabajando en equipo con
sus compañeros y con el asesoramiento de sus maestros”. En Estados Unidos,
Canadá e Inglaterra el modelo flipped
se viene ensayando y difundiendo en varias instituciones educativas[1].
En los llamados flipped schools los estudiantes hacen en casa lo
que en un programa tradicional hubieran hecho en la escuela y hacen en la
escuela lo que, en un programa tradicional, hubieran hecho en casa. Una
búsqueda por Google acerca de flipped
classroom arroja más de 1’500,000 resultados. Entre ellos se puede
encontrar publicaciones con las experiencias de docentes que aplican flipped lessons en sus cursos y redes de
aprendizaje profesional para educadores como
http://flippedclassroom.org/,
comunidad de habla inglesa con más de 25,000 docentes flipped y http://www.theflippedclassroom.es/
proyecto abierto, en castellano, para docentes que enseñan en distintos niveles.
En un programa que sigue el
modelo flipped el trabajo de ciertos
procesos de aprendizaje, aquellos que requieren niveles cognitivos más bajos,
se transfiere fuera del aula de clase. El momento de escuchar la lección, la parte
más pasiva del proceso de aprendizaje, queda a responsabilidad del estudiante.
Así la introducción al tema, explicación de la teoría básica y ejemplos
ilustrativos son revisados por el estudiante previamente al inicio de una nueva
lección. Por lo general a través de vídeos seleccionados por el docente o
grabados por el mismo. Esto se complementa resolviendo ejercicios, desarrollando
cuestionarios o contestando un test. El docente recoge información de las
actividades realizadas por sus estudiantes, su cumplimiento y niveles de logro.
Aquellas cuestiones que el estudiante no pudo resolver, desarrollar o contestar
son luego trabajadas en colaboración con sus compañeros o bajo la guía del
docente durante la sesión presencial. De este modo se trasladan al aula de
clase aquellas situaciones más dificultosas o interesantes, sobre todo aquellas
comunes al grupo, donde es necesaria la intervención del docente. Se refuerza
la teoría, comparten y discuten diferentes puntos de vista, estrategias o
procedimientos seguidos para llegar a la solución de la situación propuesta que
posibilite transferir lo aplicado a otro tipo de situaciones. Es aquí donde la
didáctica del docente se evidencia en toda su dimensión buscando potenciar, en
sus estudiantes, aquellos niveles cognitivos de orden superior.
Debido a que aún no se cuenta con
estudios que lo puedan confirmar no se puede afirmar que este modelo pedagógico
realmente mejore la calidad del aprendizaje o que disminuya el fracaso escolar.
Sin embargo si de puede decir que este modelo trabaja aspectos fundamentales como
que proporciona oportunidades para que el docente sepa lo que los estudiantes
saben; mejora la participación del estudiante; posibilita al estudiante su
propio ritmo de aprendizaje y permite el diseño de actividades más personales y
significativas. Consideramos que estos aspectos son lo suficientemente importantes
como para tener en cuenta el modelo flipped,
involucrarse más con él y animarse a aplicarlo en nuestras lecciones.
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